Demasiado hacia fuera, muy poco hacia dentro.
Tanta información, tanto ruido mental… y la consecuencia es una mente turbia, congestionada, incapaz de acceder a la serenidad necesaria para tomar decisiones realmente sintonizadas con nuestro Ser.
Estamos totalmente desconectados de nuestro centro y de la naturaleza. Todos los días una avalancha de información sobre el mundo, (hoy se podría resumir en el corona virus), las guerras, las elecciones, las huelgas, la contaminación del planeta, los desastres ecológicos, los abusos del poder, las violaciones, los pederastas, la xenofobia, los dramas, las enfermedades… luego el supuesto lado bueno, las fotos de los amigos, los acontecimientos sociales, los viajes que hemos hecho, las comidas que hemos realizado, los trucos para esto y para aquello, los hijos, la familia, los cumples… la lista es interminable si la empezamos a profundizar en cada uno de los temas .
Hay un lado bueno, es verdad, la información disponible inmediatamente, el contacto con quien esta distante y lo que tu quieras, pero nos vuelve hacia afuera cada vez más. Encontrar el equilibrio en esto es muy complicado, a pesar de ser posible.
Miles de recetas sobre cómo vivir bien la vida están disponibles, de repente todos tenemos recetas y parecemos unos “ cracks” de la gestión de la vida. Con todo el resultado no se ve reflejado en el estado de ánimo y en la salud de la gente o en la manera como vivimos. ¿Porque? Porque son recetas superficiales, que no necesariamente las terminamos de poner en practica.
Me gusta, no me gusta, comparto, me ven, veo, pero sigo vacío. Los problemas siguen existiendo y quizá, salen fortalecidos por el resultado colectivo de nuestros pensamientos. Y el resultado colectivo de nuestros pensamientos es negativo, hoy por hoy. Lo único que hacemos es contribuir para la neurosis colectiva.
Jung decía que es posible predecir lo que va a pasar en una sociedad a partir de la observación de los individuos y que en muchos casos sabía de cosas que se darían en la sociedad a partir de la problemática individual de sus pacientes (ver El mundo Interior Carl G Jung). Y lo que se puede observar y observo es que la gente por ejemplo esta tensa, contracturada, deprimida, angustiada, desilusionada y desorientada (hoy: con miedo). Y si miramos al mundo, es lo que vemos. Hay tanto por donde mirar que nos olvidamos de lo primero: mirarnos a nosotros mismos y buscar la serenidad para que seamos capaces de tomar buenas decisiones en esta sociedad acelerada.
Vamos corriendo cuesta abajo, sin mirar, sin respirar, ganando velocidad y está claro que a cualquier momento nos vamos a estrellar. (Y ya nos hemos estrellado)
Tenemos que empezar a cambiar el resultado colectivo negativo de esta sociedad y la única manera es empezando a desacelerar individualmente, encontrando un ritmo, parando en el medio de la multitud para mirar con ojos de ver lo que está pasando, SENTIR e invertir un tiempo en la elección consciente de que rumbo voy a dar a mi vida, ajustándola a mi propio ritmo. Si no lo hacemos vamos siendo arrastrados por esta corriente de zombis que es como van muchos ahora mismo – muertos vivientes. Hay que desenchufar la mente de esta locura para poder ver con claridad, para que la mente se calme y pueda otra vez dar lugar a la vida autentica de cada uno. Hay que salir de la película que estamos construyendo porque ¡es mala! Mejor invertir en otro proyecto.
Como sugiere Ramana Maharshi podemos empezar por meditar sobre una única cuestión: ¿Quién soy yo?
Os deseo un día feliz y conectado con vosotros mismos.
Om Shanti. Om Paz.
(Sobre la conexión, y el fluir de los arquetipos a través de los tiempos y de la mente inconsciente) “…en el tiempo antes de la reforma, las personas soñaban con un gran cambio, esta es la razón por la que estas grandes transformaciones podían predecirse. Si alguien fuera inteligente para ver lo que está pasando en la mente inconsciente de la gente seria capaz de predecírlo. Por ejemplo yo predije el surgimiento del nazismo en Alemania, a partir de la observación de mis pacientes alemanes. Ellos han tenido sueños en los que se preveían hechos …” Carl Gustav Jung – El mundo Interior